Ante la ya antigua y persistente insuficiencia de accesibilidad en el transporte por carretera regional e interregional español, la Asociación andaluza insta al Defensor del Pueblo a tomar manos en el asunto, y él las toma.
Conocida es la lacra que viven algunas personas ante los desplazamientos de corta, media y larga distancia en nuestro territorio. Con el fin de solventar de algún modo los obstáculos existentes la asociación Viandalucia se dirigió, en su día, al Defensor del Pueblo Andaluz puesto que la línea de autobuses ALSA entre Sevilla y Plasencia carece de espacio para las personas en silla de ruedas. Visto que Plasencia se encuentra en la Comunidad Autónoma de Extremadura con lo que cualquier acción excedía de sus competencias, comenzó el peregrinaje de ventanilla en ventanilla. Por ahora se han recorrido varias de ellas. Ahora parece que el encargado de movilidad de la oficina nacional del Defensor del Pueblo se va a interesar por el asunto.
Ignoramos lo lejos que llegará esta iniciativa. Tampoco sabemos el impacto que tendrá en un aspecto que nos concierne a todas las personas. Lo que sí sabemos es que con esa y similares trabas se discrimina a las personas que nos desplazamos de un modo diferente al habitual.
No nos queda más que esperar el éxito de la actuación de la oficina del Defensor del Pueblo. Deseamos por fin adecuarnos de este modo a lo establecido por la numerosa legislación vigente en nuestro país, refrendada por la Unión Europea y por diferentes organismos internacionales (como puede ser la ONU en la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad) y que quede atrás una discriminación ya secular.