Más que merecido, que lo era, el homenaje realizado este sábado al compañero Miguel Rueda Brenes era de obligado cumplimiento, debido a su total implicación en el desarrollo de la convención sobre los derechos de las personas con discapacidad.
El sencillo acto comenzó con el recibimiento de la concurrencia con música de piano, después y a falta de lluvia suficiente hubo intervenciones ensalzando su inestimable figura durante las cuales el sencillo espacio La Barqueta de Sevilla se llenó de lágrimas y risas a un tiempo. Dichas intervenciones incidieron en la capacidad de trabajo, humildad, interés por aprender, de dedicación y saber estar por parte del recordado secretario de nuestra organización.
Estas intervenciones fueron intercalándose con un vídeo rememorando algunas acciones en las que había participado de forma inestimable el de Arahal. También hubo lugar a otras partes musicales, una de tantas pasiones de Miguel.
También destacó la presencia de la directora del documental “A Volar” y el visionado de un breve fragmento del mismo, en el que también aparecía el recordado Miguel Rueda.
No hubo lugar a la tristeza sino más bien a la admiración y al recuerdo. Tras alguna intervención más, se dio por finalizado el sencillo y emotivo acto y nos homenajeamos a nosotros mismos con otra de las pasiones del añorado activista: él decía que no todo era activismo en la vida sino que también había que disfrutar de las cosas simples de ella: tales como una buena conversación o una comida.
El arroz estaba buenísimo y la compañía resultaba inmejorable.
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