Autora: Estela Martín Martín
“Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros” artículo 1 de la Declaración de los Derechos Humanos.
¿Dónde queda la libertad e igualdad en dignidad de las personas con diversidad funcional cuando se les trata desde la verticalidad que supone la caridad, desde la palmadita en la espalda, la sonrisa paternalista y la negación constante de su derecho a una vida independiente?
Se les niegan los aprendizajes que se les dan a los demás individuos, se les da otros que van marcando un camino creado por otros, impidiéndoles escribir y ser protagonistas de su propia historia. La utilización política de la crisis como excusa para la tala de derechos y recorte de recursos, deja en evidencia que, cuando se pudo, no se dotó a las personas con diversidad de las herramientas necesarias para que ahora, en esta coyuntura económica, no fueran los sujetos más vulnerables. Se siguió apostando por políticas de dependencia y por una educación segregada.
Esta situación tiene que servir para apostar por un cambio educativo real. Esto significa apostar por una educación inclusiva y transformar los hasta ahora centros de educación especial en centros de recursos y aprendizaje para el profesorado. Apostar por la puesta en marcha de un recurso fundamental y fuente de empleo como es la Asistencia Personal, para las personas con diversidad funcional que tengan o estén diseñando su proyecto de vida independiente, el único que permite la toma de decisiones, acceso al empleo, a la cultura y al ocio. Crear pueblos y ciudades más accesibles en todas sus infraestructuras, tanto arquitectónicas como en comunicación y transporte, es por tanto condición necesaria para dar lugar a estas condiciones.
Para terminar una frase de Nelson Mandela, defensor de los Derechos Humanos: “No puede haber una revelación más intensa del alma de una sociedad que la forma en que se trata a sus niños”. A todos sus niños, sin excepción.