El día 8 de Enero, Estela Martín y César Giménez dieron una conferencia en el centro universitario María Inmaculada de Antequera adscrita a la universidad de Málaga. A las y los futuros maestros de los ciclos de infantil y primaria se les ofrecía una charla sobre la educación inclusiva en nuestro país.
En una de las diapositivas mostradas se leía la siguiente diferenciación entre educación inclusiva, especial e integradora:
«El paradigma de la educación inclusiva surge como respuesta a las limitaciones de la educación tradicional, calificada como patriarcal, utilitarista y segregadora, así como a las insuficiencias resultantes de la educación especial y de las políticas de integración de estudiantes con necesidades especiales dentro del sistema regular de educación.»
Servía un poco como justificación de la conferencia en la que no solo se trató sobre las virtudes y valores que proporciona la educación inclusiva, sino que también se trató la segregación y exclusión social que consagra, especialmente, la educación especial.
Sin llegar a hacer explícita la carga económica que suponen las políticas de integración de estudiantes en el aula, se dejó de manera implícita la idea de que las soluciones integradoras son caras e individuales. Por el contrario, un sistema de educación inclusiva proporciona soluciones a nivel global.
La participación del público asistente fue numerosa. Se incidió bastante en la cuestión del significado de lo que se entiende por “calidad” en este ámbito. En este sentido, no se podía dejar de pasar por alto la diferente interpretación que hace la legislación española recientemente aprobada (Ley Orgánica de la Mejora de la Calidad Educativa) y la legislación internacional recogida en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1.948 y en la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad.
Se reflexionó sobre el contraste entre la legislación española que valora la empleabilidad, la competitividad y el espíritu emprendedor, y la normativa de Naciones Unidas que fomenta el respeto, la tolerancia y la colaboración entre los individuos y las naciones. Asimismo se mostraron fragmentos audiovisuales sobre la perversión ocasionada por la segregación social y la necesidad de hacer visible la realidad que viven las personas en desventaja por su funcionamiento.
La constancia y el esfuerzo que muchas veces se les pide a los alumnos, también es exigible al equipo docente. Se hizo patente que el estudiante con mayores necesidades educativas no supone un problema, antes bien se traduce en un reto que hay que superar. Finalmente, Estela Martín hizo un llamamiento a la necesidad de que abundaran los maestros por vocación.