El 20 de septiembre, varias personas con diversidad funcional, miembros del Foro de Vida Independiente y Divertad y sus asistentes, permanecieron encerrados desde primera hora de la mañana en las oficinas de la Comisión Europea en España (Paseo de la Castellana, Madrid), reclamando que la ayuda europea a España se supeditara al cumplimiento de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad.
Tras distintas reuniones los activistas del FVID abandonaron el encierro, quedando a la espera de un «gesto» por parte de las 4 máximas autoridades europeas en respuesta a los escritos que se les dirigían; en los que esencialmente se solicitaba que los fondos que las instituciones europeas concedan a los países que los precisen sean condicionados a que en primer lugar se atienda con ellos a las necesidades de las personas que precisan asistencia personal para desarrollar las actividades que les permitan vivir en sus domicilios, contando con los apoyos y recursos necesarios para vivir incluidos dentro de la comunidad y evitando la institucionalización y el apartamiento, y con un nivel de dignidad que no haga avergonzarse en un futuro a los europeos, como ocurrió en la etapa del nazismo, donde todo el mundo miraba para otro lado cuando los “enfermos incurables” eran “sacrificados” fuera de la vista de la sociedad en centros especiales (Grafeneck, Brandenburg, Bembur, Castillo de Hartheim, Sonnestein y Hadamar).
Hasta el momento se ha recibido respuesta de Martin Schulz, quien admite que ”el pilar de nuestro modelo europeo es la solidaridad” y se ha mostrado esperanzadoramente receptivo a las demandas realizadas. Si las declaraciones de buenas intenciones no se concretan en hechos, de la actual situación de inquietud y riesgo vital que soporta el colectivo de las personas con diversidad funcional, se puede pasar – como en el de las 48 personas de Valencia que precisan apoyo personal de manera intensiva y personalizada y están a punto de perderlo – al sacrificio de la dignidad cuando no de las vidas de estas personas. En este contexto el Premio Nobel de la paz recientemente concedido a la Unión Europea sólo quedaría como ejemplo del cinismo humano.
Desde la asociación Vida Independiente Andalucía (Viandalucía) instamos al Gobierno Andaluz a que actúe conforme a las demandas de estas personas (salvaguardar la implementación de la Convención de la ONU de los Derechos de las Personas con Discapacidad), acorde con el compromiso adquirido por el actual ejecutivo contra las políticas de recortes que se siguen imponiendo desde el Gobierno Central y la propia Unión Europea.