En el mes de octubre, Gloria Lucena, en el marco de una jornada sobre vida independiente expuso la siguiente conferencia sobre empleo y diversidad funcional. Su charla comenzaba del siguiente modo:
“Cuando empezaba el mes de noviembre, una mañana salí de casa en un taxi que me llevó a coger un autobús y otro taxi hasta llegar a mi puesto de trabajo situado a 35 kilómetro de donde vivía, no existían transportes accesibles. Era el primer día que me incorporaba al trabajo, había terminado la carrera de Trabajadora Social hacía dieciséis meses, tenía un buen expediente académico, pero ninguna experiencia laboral, se trataba de ir haciendo mi curriculum, por este motivo acepté una plaza de Trabajadora Social, con una jornada de dieciocho horas semanales, repartidas en tres horas diarias de lunes a sábado. Corría el inicio de los años ochenta. Cuando finalicé mi vida laboral, veintisiete años más tarde, la acabé igual que la empecé luchando contra los elementos, es decir contra la administración, la inaccesibilidad, en suma contra el modelo hegemónico que nos discrimina a las personas con diversidad funcional (PDF)”.
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