Hoy, primer día de mayo, es un buen día para recordar y reivindicar todos aquellos derechos que hemos perdido las personas con diversidad funcional y nuestras familias
La ley 39/2006, de 14 de diciembre, de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las personas en situación de dependencia fue aprobada en el año 2006 en el Parlamento español mediante mayoría absoluta es un buen punto de partida, en ella, teóricamente, se garantiza que las personas en situación de dependencia tengamos todos los apoyos necesarios para poder acceder a nuestros derechos en igualdad de oportunidades. Con esos apoyos podríamos tener, entre otras cosas, trabajos dignos ya que la asistencia personal (que ha de ser incluida en el ámbito laboral) está medida dentro de esta ley. El asistente personal realiza un trabajo digno y garantiza la libre toma de decisiones de la persona en situación de dependencia, sin verse obligada a depender de la disponibilidad de tiempo y recursos económicos de su familia ( en caso de tenerla). Pero esta figura en ningún momento se ha desarrollado correctamente y simplemente nos dan migajas a las personas en situación de dependencia, convirtiéndonos en objeto de cuidados en lugar de sujetos de derecho.
Es importante que no olvidemos que, con anterioridad a esta ley, España firmó la convención Internacional de la ONU sobre los derechos de las personas con discapacidad. En esta Convención la asistencia personal y la accesibilidad universal adquieren la categoría de Derechos Humanos. Este acuerdo internacional puede ser la base para leyes muchísimo mejores que la mal llamada ley de dependencia, sobre todo, porque en ella aparece el concepto de accesibilidad universal.
La accesibilidad universal es aquella condición que deben cumplir los entornos, procesos, bienes, productos y servicios para que todas las personas puedan participar de manera autónoma y con las mismas oportunidades en todos los ámbitos de la vida. Con un entorno accesible todas las personas tenemos muchísimas más posibilidades de trabajar de una manera digna. He dicho trabajar pero también me podría haber referido al acceso a la cultura, a la educación, a la sanidad, al ocio y a cualquier otro ámbito de la vida cotidiana. Sin embargo, hoy estoy hablando especialmente de trabajo, porque estamos celebrando los progresos en los derechos laborales y reivindicando aquellos que no se han conseguido y en esto las personas con diversidad funcional tenemos muchísimo que decir.
Volviendo a la Ley de promoción de la autonomía personal y atención a las personas en situación de dependencia. Esta ley también nació con un espíritu feminista y, aunque se quedaba corta en el reconocimiento de la labor de cuidados que mayoritariamente realizamos las mujeres, ofrecía la cotización a la seguridad social a los cuidadores familiares. Esto llegó a llevarse a cabo pero fue quitado de un plumazo cuando empezaron los recortes sobre esta ya incompleta ley.
Así que podemos decir que el derecho a un trabajo digno en las personas en situación de dependencia es prácticamente irrisorio, puesto que nuestras condiciones de acceso al mundo laboral están muy limitadas por el incumplimiento de leyes.
Demos hoy visibilidad a todos esos hombres y mujeres con diversidad funcional o en situación de dependencia, que encuentran tantas zancadillas para incorporarse de una manera digna al mercado laboral y a todos esos cuidadores familiares, especialmente mujeres, que tampoco tienen acceso al mercado laboral por encontrarse cuidando de personas que dependen de ellas y que podrían ser autónomas, si se cumpliesen las leyes.
Fdo:María Rosa Moya Albaladejo