Antes de hablar de movilidad sostenible. Empezaré por aclarar unos conceptos indispensables: la discapacidad al igual que la diversidad son construcciones sociales nacidas bajo dos concepciones distintas del ser humano. La primera nace de la visión médica que dicta un canon. Una norma que establece qué características y cualidades tiene que tener lo considerado como humano y lo que no se considera como tal. Aquí empieza la cura, la rehabilitación, y el «supérate si quieres entrar en el sistema: educativo, social, político, … Consíguelo o no pasas ni por la puerta». Bajo esa “normalidad segregadora” se construye el modelo de ciudad actual, una ciudad excluyente, competitiva e individualista.
El concepto diversidad se basa en que el ser humano en sí mismo es “no normativo”, todos somos iguales en derechos y en dignidad. Cada persona tiene cualidades diferentes y la naturaleza nos hace así para que entendamos que somos seres colaborativos, cooperantes e interdependientes. Por tanto nuestros entornos deben construirse bajo ese prisma multidireccional, hay que diseñar para todos.
Entendiendo la movilidad sostenible
La Accesibilidad Universal nace como – medida de parche – a lo ya construido hasta ahora bajo la concepción médica de ser humano. Y como parche está bien, es tolerable, aceptable. Lo que ya no es aceptable bajo ningún concepto es que lo nuevo siga bajo ese mismo pensamiento. Hay que construir desde el minuto uno con el concepto de Diseño para todos, por varios motivos. Primero porque es de ley. Nos obliga la Constitución, la Convención de la ONU sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad y la Declaración de los DD.HH. Y segundo porque es de sentido común hacer las cosas bien desde el principio. Sólo hay que tener en cuenta nuestras fases de vida y con quienes convivimos, y finalmente porque es más barato para las arcas públicas.
Una vez que se tienen claros estos conceptos. La clave para crear una movilidad sostenible es primero dejar de pensar con el patrón del crecimiento desmedido como se ha estado haciendo hasta ahora. Hay que pensar en “desarrollo”.
Delimitaciones de pueblos, barrios o ciudades
Nuestros pueblos y nuestras ciudades se han dedicado a crecer gracias a unas políticas relacionadas con los lobbies de la construcción. Recalificaciones de suelo, construcción de viviendas, carreteras y mega servicios de transportes . Sin más sentido que generar dinero, sin la creación de infraestructuras y servicios que garanticen ni el bienestar ni la movilidad de la ciudadanía. Entendiendo esta como libertad y derecho y, como queda recogido en nuestras leyes y diferentes tratados internacionales firmados y ratificados por el Estado.
Este crecimiento urbano sin sentido ha convertido a las viviendas y barrios en muchos casos en una trampa. En otros como simples dormitorios y para otros en una “cárcel” por la falta de accesibilidad y de diseño para todos. Tanto en edificios de viviendas como de usos públicos, sean estos de la administración, educativos o de ocio: parques, restaurantes y comercios; como en los servicios de transportes públicos colectivos (autobuses, trenes de cercanías, metro, etc..) o de tipo individual, como los taxis.
Ideas claras para empezar
Tenemos que tener clara la idea de que cuando se hace un edificio que presta un servicio público. Como puede ser un ayuntamiento o un colegio sin ascensor, sin rampa, sin suelos con texturas diferentes que determinen las distintas zonas. O no se pongan señales comunicativas para las personas con diferente funcionamiento cognitivo. No sólo se está impidiendo la entrada a determinada población es que estamos vulnerando varios de sus derechos. No sólo el de desplazarse libremente sino también su derecho a la comunicación, a la educación y al trabajo. Porque no sólo impide la entrada a niñas y niños. Personas que funcionan diferente, también a los trabajadores o a los aspirantes a ese puesto. Es más fácil diseñar pensando en que pueda ser usado por todos y para todos desde un principio. Que buscar más tarde soluciones, que normalmente no son del todo satisfactorias.
Los derechos de las personas y la educación
Los derechos suponen la dignidad de las personas y es obligación política hacer realidad. Eso que hay plasmado en negro sobre blanco en tantas ordenes, leyes y tratados, salvaguardando con eso, la dignidad de todos.
Esto deja en claro la ecuación “Sostenible, implica Accesibilidad Universal y Diseño para todos”. No hay movilidad sostenible sin estas, y esto sólo es posible si pensamos en clave de “diversidad”. Tanto humana como de los contextos en los que nos movemos. O se pone al ser humano en el centro de toda estructura urbana y de toda política que le circunda. O no va a ser sostenible por mucho ahorro energético que busquemos ni por muchos carriles bici que hagamos.
Tenemos la situación de una población cada vez más envejecida. Son cada vez más los que no pueden cruzar las calles aún con semáforos (por el escaso tiempo que se da para los cruces) O pasear por ellas, a causa de las barreras arquitectónicas en mitad o al final del cruce. El exceso de tráfico y el estrés que este produce, dificultando la movilidad peatonal. Esta misma inseguridad es la que provoca la falta de niños y niñas en la calle. Les estamos quitando autonomía y viven como seguridad, lo que en realidad es el miedo de sus progenitores provocado por tanto caos.
El peatón y la movilidad sostenible
Es indispensable priorizar al peatón sobre cualquier otro tipo de movilidad. Simplemente porque es nuestro estado natural – todos somos peatones -. Conductores sólo son unos pocos en una determinada etapa de vida y unas determinadas horas del día. Hay que apostar por el caminar, la bici y el transporte público accesible (tanto el vehículo como la zona de recogida de pasajeros) Teniendo en cuenta no sólo a las personas con movilidad reducida. Hay que contar con las señales acústicas para personas con ceguera, visuales para personas con sordera. Señales en comunicación aumentativa y de lectura fácil para personas con diversidad cognitiva y con sistema braille para personas con sordo-ceguera.
Así mismo, debemos pensar en ir eliminando el sistema de cupo para taxis e ir convirtiendo poco a poco todos estos en vehículos accesibles. El cupo además de no ser solución está favoreciendo el mito de que la accesibilidad es una medida graciable y de buena voluntad. Cuando en realidad estamos hablando de un derecho. Mientras que el taxi accesible sirve para todos. El “no accesible” sólo sirve para una parte de la ciudadanía. Por lo que no es solución por falta de disponibilidad a la hora de hacer una vida independiente. Ni es rentable para los taxistas.
Insistiendo en el tema
Volviendo al tema del caminar, insisto, es prioritario el peatón. Sobre él tiene que girar todo y los peatones suponemos diversidad. Lo que se vaya crear tanto edificio como mobiliario urbano tiene que hacerse bajo la premisa del diseño para todos.
Y como la base de todo, es la educación, la mejor forma de iniciar este aprendizaje es desde la etapa infantil. Es importantísimo el fomento de los caminos escolares. Porque da a los pequeños autonomía y con ella, autoestima, tan necesaria para ser una persona responsable de sí misma. Así como de su tiempo y espacio. A la vez que crea conciencia de comunidad porque dejan de ser los hijos e hijas de... para convertirse en los hijos e hijas de todos, creando inclusión social. La infancia está excluida de la estructura social y política en nuestro país. Se piensa por y para ellos, sin contar con ellos cuando lo que en realidad necesitan es espacio para investigar, para marcarse retos. Encontrarse con dificultades y buscar soluciones por sí mismos. Necesitan la calle y las plazas.
Una ciudad, pueblo, aldea o barrio no diseñado para todos es un entorno hostil que no piensa ni en lo que hemos sido. Ni en lo que seremos. Ni en quienes nos acompañan en el vivir.